Posparto, lactancia materna y cambios hormonales

Después de un embarazo, el cuerpo de una mujer sufre todo tipo de cambios, unos más visibles – como puede ser la desaparición de la barriga o la aparición de manchas en la piel – y otros internos como los hormonales.

Hoy queremos hablar de los cambios que se dan en nuestros cuerpos y que nos pueden pillar desprevenidas en el postparto y durante el periodo de lactancia para que cuando llegue el momento estés preparada y puedas gestionar mejor tu nuevo físico y emociones.

¿SABÍAS QUE…?

En uno de nuestros primeros blogs hablábamos de la importancia de la microbiota intestinal en nuestra salud, uno de los aspectos clave para sentirnos bien cada día. El primer contacto de un bebé con microorgnismos se da por medio de la transmisión vertical de la microbiota que se produce en el parto. En los primeros años de vida el estado de la microbiota intestinal es especialmente importante ya que facilitará la correcta maduración de nuestro sistema inmunológico que evita a su vez disfunciones crónicas.

Además de este primer contacto en el momento del parto, el bebé recibe otros microorganismos como el que deriva de lactancia materna. En este aspecto la leche materna resulta primordial para desarrollar una microbiota correcta.

HORMONAS Y LACTANCIA

Durante el embarazo el cuerpo comienza a segregar hormonas que le preparan para el momento de dar el pecho, lo cual genera muchos cambios en nuestro sistema y en nuestro estado emocional que pueden llegar a descolocarnos. En el periodo de lactancia, tres hormonas intervienen en mayor medida:

  • La prolactina es la principal hormona que genera la fabricación de leche. Los niveles de esta hormona aumentan entre 10 y 20 veces cuando se amamanta y por lo tanto la producción de leche aumenta cuanto más rato tiempo esté el bebé amamantando.

Además de la prolactina, la producción de leche está regulada por otras dos hormonas: la oxitocina y el factor inhibidor de la Lactancia.

  • La oxitocina se encarga de las contracciones uterinas y amplía sus funciones tras el parto, produciéndose en nuestro cerebro tras la succión del bebé o tras estímulos emocionados relacionados con el recién nacido. Aunque no está directamente relacionado con la producción de leche, facilita la contracción de los conductos desde los que se genera, también llamado reflejo de eyección.

Tanto la prolactina como la oxitocina refuerzan el sentimiento de apego y la relación de la madre con el recién nacido.

  • La hormona FIL (Factor inhibidor de la Lactancia) se encuentra en la misma leche y, tal y como indica su nombre, tiene la función de inhibir su fabricación. Si el pecho no se vacía de leche, la hormona pasa a la sangre, impidiendo la segregación de prolactina y por lo tanto la producción de leche.

APARICIÓN DE MANCHAS DURANTE EL EMBARAZO

Si no te ha pasado, seguro que alguna vez has escuchado a alguna mujer hablar sobre las manchas o melasma que aparecen en la piel en el embarazo y la línea negra en areolas, ombligo, axilas, vulva y región perineal. Estos cambios se deben a la hiperfunción melanocitaria, una producción excesiva de melanina.

El 60-70% de las mujeres embarazadas se ven afectadas por el melasma y estos efectos pueden empeorar con la exposición al sol. ¿Cuál es la razón? Las alteraciones de hormonales son las responsables de los cambios de pigmentación en zonas específicas de nuestro cuerpo y cara. Suelen aparecer alrededor de los 6 meses de embarazo pero en la mayoría de los casos desaparecen al tiempo de haber dado a luz.

En caso de que estas manchas persistan, existe una amplia variedad de cremas despigmentantes que pueden ayudarte a acabar con ellas si las usas con regularidad. Cabe destacar que es necesario aplicar protección solar de alta gama a diario cuando se están siguiendo este tipo de tratamientos.

Estos son solo algunas de las preocupaciones con respecto al embarazo. Si tienes cualquier pregunta al respecto no dudes en contactar con nosotras para que te ayudemos en lo que podamos.



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