La rosácea

La rosácea es un problema que surge cuando se produce una erupción cutánea facial que puede incluir la aparición de venas varicosas (cuperiosis), la dilatación de pequeños vasos sanguíneos (telangiectasias), sensación de quemazón, costras y granitos en el rostro, normalmente en la famosa zona T, que incluye la frente, la nariz y la barbilla, aunque también se puede dar en los pómulos.

La rosácea afecta en mayor proporción a mujeres jóvenes y de mediana edad entre los 30 y 50 años y también es más común en pieles sensibles al sol, normalmente claras, aunque es posible padecer esta enfermedad fuera de estos rangos. Aunque aparentemente puede confundirse con el acné, su aparición no tiene nada que ver con esta aflicción

A pesar de que la causa detrás de la aparición de la rosácea es desconocida, se sabe que algunas personas pueden ser más proclives a desarrollar esta erupción facial.

¿Cuáles son los síntomas de la rosácea?

A pesar de que puede ser una enfermedad difícil de diagnosticar por su parecido con otras aflicciones, se pueden distinguir los siguientes signos y síntomas propios de la rosácea:

  • Enrojecimiento facial: este síntoma es más fácil de distinguir entre personas con la piel clara, aunque sucede por igual en pieles más oscuras. Consiste en la aparición de un rubor en la cara que puede llegar a pasar desapercibido.
  • Aparición de arañas vasculares: unos pequeños vasos sanguíneos se marcan en el rostro en la zona de las mejillas y la nariz. Esto se debe a su ruptura interna, que los hace visibles. Normalmente tiene lugar durante la fase 2 de la rosácea.
  • Pequeños granos: Es habitual que aparezcan protuberancias hinchadas en forma de pequeños granos que también pueden contener pus. Este síntoma suele confundirse con acné.
  • Efecto de ardor en la piel: este ardor se manifiesta en la zona afectada y provoca sensación de calor y sensibilidad en el área.
  • Problemas oculares: La rosácea puede llegar a afectar a zonas que rodean los ojos como los párpados, lo que se denomina rosácea ocular. Estas zonas llegan a irritarse e hincharse hasta llegar a dificultar la visibilidad o provocar molestias debido a la sequedad. Su aparición puede ser anterior o posterior
  • Rinofima: Es posible que la rosácea provoque el agrandamiento e hinchazón de la nariz llegada la fase 4. Su apariencia llega a ser bulbosa y formar una protuberancia. Su aparición es más común en hombres que en mujeres.

Así mismo, estos síntomas se pueden dar en 3 fases distintas, la fase pre-rosácea, la fase vascular y la fase inflamatoria

  • Fase 1 o pre-rosácea: durante esta fase se produce el enrojecimiento facial y el rubor en la cara. Este enrojecimiento dura más de lo habitual, sucede con más frecuencia y puede llegar a picar.
  • Fase 2 o vascular: este es el momento en el que, tras el enrojecimiento de la piel, puede producirse una inflamación general del rostro junto a la aparición de las arañas vasculares o telangiectasias.
  • Fase 3 o inflamatoria: se da cuando aparecen las protuberancias antes mencionadas, que pueden llegar a contener pus y que suelen manifestarse como granos pequeños.
  • Fase 4 o Última fase: algunas personas pueden llegar a experimentar mayores problemas como la hinchazón de la nariz hasta alcanzar un volumen mucho mayor al natural debido a un rinofima. Los problemas oculares pueden aparecer en cualquiera de las fases enumeradas.

¿Qué causa la rosácea? ¿Cuáles son los detonantes?

Como ya hemos comentado anteriormente, se desconoce la causa concreta que provoca la aparición de rosácea. No obstante, hay estudios que indican que es posible que esté relacionado con el sistema inmunitario, la genética e incluso con otros factores externos. En este sentido, es importante recalcar que esta enfermedad cutánea no se desarrolla debido a una pobre higiene ni al contagio con otras personas.

Una vez se ha sufrido el primer brote, la rosácea puede volver a desencadenarse debido a:

  • La alimentación: Consumir comida picante o bebidas calientes puede provocar un nuevo brote de rosácea. Así mismo sucede con el vino tinto y otras bebidas alcohólicas.
  • Las temperaturas extremas, bien sean de frío o calor, también pueden desencadenar en un brote, especialmente si van acompañados de cambios muy bruscos que pueden crear sequedad en la piel. En este sentido, el sol y el viento se consideran posibles factores negativos a la hora de cuidar la piel contra la rosácea.
  • Algunos medicamentos, especialmente aquellos que dilatan los vasos sanguíneos, pueden incitar la aparición de nuevos brotes.
  • El ejercicio físico y su correspondiente sudoración, así como las emociones intensas y el estrés, son potenciales causantes de nuevas apariciones de rosácea.
  • El cuidado de la piel debe estar adaptado a la rosácea, por lo que es importante tratarla con productos especiales que eviten nuevos brotes.

Esperamos haberte ayudado a entender mejor en qué consiste la rosácea y cómo detectarla. No dudes en consultar con tu médico de cabecera si sospechas que padeces esta aflicción y no dudes en preguntarnos cualquier cuestión que te surja a nosotras. ¡Estaremos encantadas de ayudarte en lo que podamos!



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