El cuidado de heridas

Por muy precavidos y cuidadosos que seamos, es imposible que nos hayamos experimentado nunca el escozor y la incomodidad de hacernos una simple herida. Un corte o un arañazo pueden ser inconvenientes en nuestro día a día y su cura puede llevar más tiempo del que pensamos si no le damos el cuidado y la dedicación necesarias. Además de la sensibilidad de la piel, una herida puede permanecer visible si no la tratamos correctamente desde el principio. Es más, conforme los hacemos mayores la piel puede tardar más tiempo en curarse dando lugar a marcas que no desaparecen; es un momento especialmente delicado en el que tenemos que saber cómo proceder al tener un rasguño.

 

¿Cómo se cura una herida?

  1. Lo primero que debemos hacer al herirnos es limpiar la zona afectada. Para ello, primero debemos lavarnos las manos y a continuación podemos utilizar agua y jabón, suero fisiológico o alguna solución específica para tratarla. Este es el paso más importante a la hora de la cura y, según la profundidad y gravedad de la herida, necesitaremos repetirlo una o más veces al día. El gesto al limpiar debe ser de dentro de la herida hacia afuera, de modo que la suciedad se arrastre hacia el exterior. Al realizar la limpieza eliminamos las bacterias que pueden producir una infección posterior, empeorando el tiempo y la cicatrización de la piel, además de poder desembocar en problemas más graves, como una gangrena en el peor de los casos.
  2. En segundo lugar, protege tu herida. Los primeros días son especialmente importantes para evitar que la herida esté en contacto con agentes externos que puedan llegar a infectarla, como la suciedad o las bacterias. Para ello, recubre tu herida con una apósito o una gasa estéril de manera que la cicatrización no sufra interrupciones. Puedes aplicar yodo a la herida antes de recubrirla.
  3. Cuando la costra o postilla se ha formado es importante dejar que crezca hasta caerse por sí misma. Por ello, hay que evitar rascar la zona de la herida, de forma que se seque lo antes posible. La única situación en la que es recomendable quitarla es en caso de infección debajo de la costra.

Aunque estos consejos aplican a heridas superficiales, el tratamiento para heridas más profundas requieren la intervención de un profesional médico (aplicación de puntos, grapas…) además de un mayor esfuerzo e implicación en el cuidado de la misma.

 

Factores que pueden perjudicar la correcta evolución de la herida:

  • La diabetes. Las personas que padecen esta enfermedad tienen tendencia a contraer heridas crónicas que pueden tardar en sanar.
  • La mala circulación es un factor negativo para la cura de heridas y puede ser la causa de otras, como úlceras vasculares.
  • La edad influye en la rapidez y la correcta curación de las heridas, que pueden dejar marca con el tiempo.
  • Tras una cirugía, el consumo de alcohol resulta perjudicial tanto por retrasar la curación de la herida como por aumentar el riesgo de infecciones.
  • El tabaco tiene un efecto similar al del alcohol e influye de forma negativa en la cicatrización de las heridas.
  • Otros factores como el estrés, pueden influir indirectamente en nuestra salud al cambiar el ritmo de vida y nuestras costumbres alimenticias o de descanso.
  • Finalmente, en caso de cirugía o intervención médica, tendremos en cuenta que medicamentos como los antinflamatorios o los corticosteroides pueden llegar a retrasar la sanación.

Esperamos que estos consejos te sirvan en tu día a día. Si tienes cualquier duda al respecto estaremos encantadas de antenderte y ayudarte en todo lo que podamos. ¡Te esperamos en P.º Marqués de Zafra, 43!



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