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07 Abr ¿Cuál es la diferencia entre el melanoma y la queratosis actínica?
Dos de los fenómenos más conocidos en cuanto al cáncer de piel son el melanoma y la queratosis actínica, condiciones de la piel que pueden parecer similares en algunos aspectos, pero son diferentes en términos de origen, características y riesgos asociados. Te contamos más sobre cada una de ellas, cómo distinguirlas y sus implicaciones.
Melanoma
El melanoma es un tipo de cáncer de piel que se desarrolla a partir de los melanocitos, las células productoras de pigmento en la piel. Puede surgir en cualquier parte del cuerpo, pero es más común en áreas expuestas al sol, como el rostro, el cuello, los brazos y las piernas.
El melanoma generalmente se presenta como un lunar o una mancha de color marrón o negro, aunque también puede ser rosado, rojo o piel.
¿Cuáles son los signos que nos indican que se trata de un melanoma?
Los signos de alerta de melanoma incluyen cambios en el tamaño, la forma, el color o la textura de un lunar existente, así como la aparición de un nuevo lunar que parece diferente de otros.
El melanoma puede ser mortal si no se trata a tiempo, pero si se detecta y trata tempranamente, generalmente es curable.
Queratosis actínica
La queratosis actínica, también conocida como queratosis solar, es una lesión precancerosa en la piel causada por la exposición excesiva al sol a lo largo del tiempo. Se manifiesta como parches ásperos, escamosos y a menudo rojos o marrones en la piel expuesta al sol, como la cara, el cuero cabelludo, las manos y los antebrazos.
Aunque la queratosis actínica no es cáncer en sí misma, tiene el potencial de convertirse en un carcinoma de células escamosas, un tipo de cáncer de piel, si no se trata.
Los tratamientos para la queratosis actínica incluyen la crioterapia (congelación), la terapia fotodinámica, los peelings químicos y la extirpación quirúrgica, entre otros.
Factores de riesgo
Factores de riesgo para el melanoma
- Exposición al sol: La exposición prolongada y sin protección a los rayos ultravioleta (UV) del sol es un factor de riesgo importante. Esto incluye quemaduras solares graves, especialmente durante la infancia y la adolescencia.
- Antecedentes familiares: Las personas con antecedentes familiares de melanoma tienen un mayor riesgo de desarrollar la enfermedad. La presencia de ciertos genes asociados con el melanoma puede aumentar este riesgo.
- Piel clara: Las personas con piel clara, ojos claros y cabello rubio o pelirrojo tienen un mayor riesgo de desarrollar melanoma debido a una menor cantidad de pigmento protector en la piel.
- Número de lunares: Tener un gran número de lunares o lunares atípicos (con formas irregulares, bordes borrosos, múltiples colores) aumenta el riesgo de melanoma.
- Historial personal de cáncer de piel: Quienes han tenido melanoma previamente tienen un mayor riesgo de desarrollar melanoma nuevamente.
Factores de riesgo para la queratosis actínica
- Exposición al sol: La exposición crónica al sol, especialmente sin protección, es el principal factor de riesgo para la queratosis actínica. Esto incluye tanto la exposición ocupacional como recreativa al sol.
- Edad avanzada: La queratosis actínica es más común en personas mayores debido a una mayor exposición acumulativa al sol a lo largo de la vida.
- Piel clara: Al igual que con el melanoma, las personas con piel clara tienen un mayor riesgo de desarrollar queratosis actínica debido a una menor cantidad de pigmento protector en la piel.
- Antecedentes de quemaduras solares: Quienes han tenido quemaduras solares graves en el pasado tienen un mayor riesgo de desarrollar queratosis actínica.
- Sistema inmunológico debilitado: Las personas con sistemas inmunológicos debilitados, como aquellos que toman medicamentos inmunosupresores o tienen enfermedades que afectan al sistema inmunológico, tienen un mayor riesgo de desarrollar queratosis actínica.
Prevención
Las medidas que puedes tomar para prevenir el melasma y la queratosis actínica son muy similares y pueden aplicarse a ambos casos.
- Protección solar: se debe usar protector solar de amplio espectro con un FPS (factor de protección solar) de al menos 30 y debe volver a aplicarse cada dos horas o después de nadar o sudar.
- Evitar el sol intenso: Limitar la exposición al sol, especialmente durante las horas pico de intensidad solar entre las 10 a.m. y las 4 p.m.
- Usar ropa protectora: Usar ropa de manga larga, sombreros de ala ancha y gafas de sol con protección UV para cubrir la piel expuesta.
- Evitar las camas de bronceado: Las camas de bronceado emiten rayos UV que pueden dañar la piel y aumentar el riesgo de melanoma y otros cánceres de piel.
- Autoexámenes regulares: Conoce tu piel y tratar de detectar cualquier cambio en los lunares existentes o la aparición de nuevos lunares.
Es importante observar los cambios en la piel y consultar a un dermatólogo si se observan nuevas lesiones o cambios en las existentes. El diagnóstico temprano y el tratamiento adecuado son cruciales para prevenir complicaciones graves en ambos casos.