Cómo cuidar el cabello

Cuando llega el otoño es común escuchar comentarios acerca de la caída del cabello, pero ¿existe realmente la caída estacional? ¿Cómo afecta a la densidad de nuestro pelo? ¿Vuelve a crecer con normalidad? Mientras el cuidado de la piel está extendido y las rutinas que le afectan están más instauradas, no es habitual que tratemos el cabello con la misma delicadeza. Hoy te contamos más sobre cómo cuidarlo, cuándo es normal que se caiga y cuál es su ciclo de crecimiento.

 

¿Por qué se cae el pelo?

Una de las principales aclaraciones que debemos hacer en este sentido es que el pelo no se cae, sino que se renueva. El ciclo vital del pelo, llamado ciclo piloso o capilar, tiene una duración distinta en función de factores como la genética, el estrés o la alimentación. Podemos dividirlo en tres fases: anágena, catágena y telógena.

  • La fase anágena o de crecimiento tiene una duración de 2 a 7 años y representa el momento en el que el pelo nace, el folículo está sano y por lo tanto tiene una mayor fuerza. Además, el crecimiento en esta etapa es mayor debido a la actividad de las células, por lo que cuanto más tiempo dure la fase anágena, mayor será la longitud del pelo. Aproximadamente el 85%-90% del cabello se encuentra en esta fase.
  • La fase de transición o catágena abarca algo menos del 5-15% del pelo y dura alrededor de 4 semanas. En este momento el folículo piloso deja de crecer.
  • La fase de reposo o telógena tiene una duración de 2 a 4 meses y representa el momento en el que el folículo descansa y termina por caerse. En el momento en el que el pelo se cae, comienza de nuevo la fase anágena. El cabello en fase de reposo suele incluir un porcentaje muy bajo del total y es el responsable de la caída de alrededor de 100 pelos al día. Cuando el porcentaje de cabello en fase telógena es mayor al anterior, es recomendable consultar con un especialista para detectar síntomas de calvicie.

 

¿Cómo cuidar el cabello?

Durante el verano el pelo puede sufrir daños debido a la exposición a rayos solares, cloro y sal, por lo que en otoño el cabello se puede percibir más seco. Además, cuanto más fino y quebradizo sea, más posibilidades tiene de dañarse y caerse, por lo que el cuidado que hay que darle debe ser específico y delicado. Por norma general, se recomienda:

  • Nutrir el cabello: compuestos como el hierro, zinc, ácido fólico, vitamina D, A o vitaminas del grupo B son beneficiosos para la salud del pelo y se consiguen a través de una alimentación sana y equiibrada.
  • Cepillar el pelo: efectivamente, cepillar el cabello no hará que se caiga. De hecho, manteniéndolo limpio contribuimos a evitar su caída precoz, ya que la suciedad y la grasa que se acumulan en el cuero cabelludo no permiten que el folículo respire y absorba los nutrientes.
  • Lavar el pelo con delicadeza: tirar o frotar el pelo con demasiada fuerza puede dañarlo, por lo que a la ahora de lavarlo es importante que lo hagamos con suavidad. Además, añadir productos específicos, como mascarillas nutritivas o hidratantes, tras el lavado será beneficioso para tu salud capilar.
  • Que el cuero cabelludo permanezca húmedo mucho tiempo no es beneficioso: es mejor que lo seques desde una distancia prudencial y con una potencia de calor controlada. Tampoco es recomendable dormir con el pelo húmedo ni dejarlo secar con una coleta o moño.
  • Evita el calor: tal y como comentamos en el punto anterior, la exposición a una temperatura muy alta es perjudicial para el cabello, por eso también es recomendable regular la temperatura del agua al lavarlo.

Esperamos que este post te ayude a entender la caída natural del cabello y a cuidarlo día a día para mantenerlo sano y nutrido. Recuerda que este mes de noviembre puedes concertar una cita para que hagamos un análisis gratuito de tu pelo en el que te diremos su densidad, grosor, tipo de caspa, seborrea y dermatitis (si las hubiese) y te recomendaremos un tipo de tratamiento personalizado.



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