Cálculos renales

 

Qué son

Cuando hablamos de cálculos renales, popularmente conocidos como piedras en el riñón, nos referimos  la masa solida que se forma en este órgano cuando se cristalizan algunas de las sustancias que contiene nuestra orina. Estas partículas de minerales o sales ácidas pueden llegar a medir más de 2cm aunque en la mayoría de los casos son milimétricas y pueden llegar a desplazarse hasta el uréter. Pueden darse uno o varios cálculos renales al mismo tiempo.

En España más de 2 millones de personas padecen cálculos renales. Aunque en la mayoría de los casos no es necesario seguir un tratamiento para eliminarlos, aproximadamente un 30% no pueden deshacerse de ellos de forma natural.

 

Por qué aparecen

Las causas de la aparición de cálculos renales varían en función de su tipología. Los cuatro principales tipos de piedras en el riñón son:

  • Cálculos de calcio: es el tipo de cálculos más común ( suponen en torno al 60%-80% de los casos). En este caso el calcio que no es absorbido y utilizado por nuestro cuerpo, se dirige a los riñones, pudiendo cristalizarse para convertirse en una “piedra”.
  • Cálculos de estruvita: suponen entre un 5% y un 15% de casos y son más comunes en mujeres. Se suelen formar debido a infecciones crónicas en el sistema urinario y pueden llegar a ser tan grandes que obstruyan el riñones, los uréteres o la vejiga
  • Cálculos de ácido úrico: son un 5%-10% de los casos y su causa suele deberse a la ingesta habitual de carne, marisco, ya que pueden provocar la aparición de una gran cantidad de ácido úrico en la orina.
  • Cálculos de cistina: suponen aproximadamente un 1% de los cálculos renales y tienen lugar debido a un trastorno genético llamado cistinuri, que hace que nuestro organismo lleve demasiada cantidad de cisteína a la orina.

 

Cuáles son sus síntomas

Aunque pueden llegar a causar un gran dolor, las piedras renales no muestran síntomas al formarse, si no al desplazarse por del riñón o al llegar a los uréteres. En caso de quedarse alojados en los uréteres, los cálculos pueden frenar el flujo de orina, provocando que el riñón se hinche y el uréter tenga espasmos. Esto puede provocar:

  • Un dolor intenso en los costados y la espalda que puede extenderse hacia abajo. También puede aparecer al orinar.
  • El color de la orina varía del amarillo al rosado o amarronado.
  • El olor de la orina se vuelve intenso y poco agradable.
  • La necesidad constante de miccionar.
  • Experimentar náuseas y vómitos, además de fiebre y escalofríos si llega a infectarse.
  • El dolor varía conforme el cálculo renal se mueve a través de las vías urinarias.

 

Factores de riesgo

Existen varios factores que puedes contribuir a la aparición de cálculos renales. Entre ellos:

  • Los antecedentes familiares: el riesgo de padecer cálculos renales se multiplica en caso de contar con antecedentes en la familia.
  • La alimentación: llevar una dieta rica en sal, grasas y proteínas animales, aumentan los riesgos de tener cálculos de calcio.
  • La deshidratación: No beber la suficiente cantidad de agua puede suponer que la orina se concentre, lo cual favorece la cristalización de las partículas que provocan los cálculos.
  • Las enfermedades genéticas pueden provocar trastornos metabólicos que alteran la concentración de partículas en la orina.
  • Las infecciones del tracto urinario y ciertos trastornos renales o defectos de nacimiento que puedan obstruir el flujo urinario.
  • Algunas enfermedades e incluso los medicamentos que tomamos para tratar otras patencias pueden influir en nuestra salud renal. Este es el caso menos común, ya que en la mayoría de las ocasiones la aparición de cálculos no está relacionada con otras enfermedades subyacentes.

Si detectas algún síntoma de los relacionados con los cálculos renales, no dudes en consultar con tu médico lo antes posible.



X