La leche materna es la mejor forma de alimentar al recién nacido durante sus primeros meses de vida. Sus nutrientes y beneficios aseguran que los niños tengan menor riesgo de enfermedad o muerte durante su primer año de vida. Estos peligros se pueden alargar en el tiempo, de forma que se ha demostrado que aquellos lactantes no amamantados tienen más probabilidades de padecer dermatitis atópica, alergias, obesidad, asma, diabetes, esclerosis múltiple, cáncer o de ser celíacos. Así mismo, en el caso de las niñas, el riesgo de padecer cáncer de mama es mayor en edad adulta.

Los beneficios de amamantar también son patentes en las madres, ya que se disminuye el riesgo de padecer hemorragias después del parto y, a lo largo de los años también tendrán menos probabilidades de contraer cáncer de ovario, útero, artritis, hipertensión, ansiedad o depresión.

¿Cuáles son los nutrientes de la leche materna?

La leche materna se caracteriza por su perfecta adaptación nutricional a las necesidades del recién nacido a lo largo de su desarrollo.

• El calostro es la primera leche, su color es más amarillento y es rica en proteínas e inmunoglobulinas. Su aporte de calorías es el ideal para el lactante ya que en los primeros días su estómago aún es pequeño, por lo que tendrá más tomas de leche en menor cantidad.
• La propia composición de la leche sufre cambios a lo largo de la toma. Al principio contiene una mayor proporción de agua y azúcar y después se aumenta, poco a poco, su contenido en grasa. De esta forma, primero se satisface su sed y después se sacia. Por esta misma razón, es recomendable que sea el bebé el que deje de tomar leche sin llegar a quitarle el pecho.

El vínculo afectivo

Uno de los beneficios de la lactancia materna es el efecto que ejerce sobre el bebé gracias al contacto estrecho maternofilial. Además del vínculo que se crea, la succión del pecho provoca la segregación de hormonas como la oxitocina, que produce un refuerzo positivo en la conducta y las emociones.  Este contacto es beneficioso para el bebé, que tiene menos posibilidades de padecer enfermedades mentales como la depresión o la ansiedad gracias a la lactancia.

¿Qué alimentos se deben ingerir o evitar durante la lactancia?

• Mantén una dieta sana y equilibrada: no hay restricciones específicas de alimentación pero es importante que nuestra dieta sea variada y equilibrada

• Ingiere aprox. 500kcal más de lo habitual al día: aunque no es estrictamente necesario, es aproximadamente lo que se quema dando el pecho, por lo que es recomendable suplirlas a través de la alimentación.

• Limita el consumo de cafeína y evita el alcohol: es perjudicial para el bebé y en ningún caso debe llevarse a cabo la lactancia si existe alcoholismo crónico. Se puede beber con moderación puntualmente, pero es recomendable dejar que pasen al menos 3 horas hasta que se pueda dar el pecho. En ningún caso debe practicarse el colecho. Por otro lado, altas dosis de cafeína pueden producir irritabilidad y falta de sueño al bebé.

• Evita el tabaco: se recomienda dejar de fumar en caso de embarazo. En caso de que la madre no haya podido, en ningún caso debe fumar en presencia del bebé.
• No lleves a cabo «dietas milagro»: la recuperación del peso inicial de la madre debe darse de forma saludable y, si es posible, de la mano de un especialista.

Esperamos haberte ayudado con esta entrada. Recuerda que estamos disponibles para ti con el horario habitual durante el mes de agosto. Únicamente permaneceremos cerrados los domingos 14, 21 y 28 y el durante el festivo (15).