¿Sabes qué es el exposoma y su relación con el envejecimiento de la piel?

Sabemos que existen factores genéticos que intervienen en el ritmo de envejecimiento de la piel y que tenemos que tenerlos en cuenta a la hora de decidir qué tratamiento cutáneo es el más conveniente. Sin embargo, también es importante saber que esta parte genética únicamente explica un 25% de los factores relacionados con el envejecimiento de la piel, ya que el otro 75% se corresponde con los factores externos a los que está expuesta nuestra piel, es decir, el exposoma.                                                      

De esta forma, podemos definir el exposoma como el conjunto de factores de exposición y ambientales a los que cada uno se enfrenta a lo largo de la vida. ¿Cuáles son los factores que componen el exposoma de nuestra piel? Desde nuestros hábitos alimenticios hasta la rutina deportiva, la contaminación o la exposición solar; se han llegado a identificar hasta 7 distintos factores de exposoma externos y modificables que intervienen en gran medida en el envejecimiento de la piel.

LOS 7 FACTORES DE EXPOSOMA

  • Radiación solar: Los efectos causados por culpa de los rayos UV son responsables en gran medida del envejecimiento de la piel, otra de las razones por las no podemos olvidarnos de aplicar ptoección solar a nuestra piel cada día.
  • Contaminación: al igual que la radiación solar, la contaminación está estrechamente relacionada con el cáncer de piel, ya que puede afectar negativamente a la barrera cutánea y al microbioma. Esto acaba dañando la sensibilidad de la piel y agrava patologías cutáneas relacionadas. Tanto el exceso de CO2 como lo gases de efecto invernadero o la luz azul de muchos dispositivos electrónicos contribuyen negativamente al envejecimiento de la piel.
  • Tabaco: El tabaco contribuye a que la circulación sanguínea disminuya, además de producir arrugas provocadas por el gesto de fumar. El tabaco es en parte responsable de la pérdida de la elasticidad de la piel y de la sequedad y dilatación de los poros, manchas y desgaste de los músculos faciales.
  • Temperatura: durante los meses más fríos del año, las bajadas de temperatura, combinadas con vientos secos y climas sin humedad, pueden afectar a nuestra piel al producir una sequedad extrema que provoca que se pierdan células a una mayor velocidad. Además, el frío puede repercutir en la cantidad diaria que bebemos, normalmente inferior a la que se ingiere en meses más cálidos, disminuyendo la hidratación de la piel.
  • Nutrición: no nos cansaremos de decirlo, somos lo que comemos. Llevar una alimentación equilibrada es la base para llevar una vida saludable que se mostrará tanto por fuera como por dentro, lo cual incluye a nuestra piel. Una alimentación rica en frutas y verduras en la que minimicemos el consumo de los ultra procesados y el alcohol, al tiempo que mantenemos nuestro cuerpo hidratado con agua, será beneficiosa para tu piel.
  • Estrés: cuando nos estresamos el cuerpo genera cortisol, provocando la pérdida de colágeno a un ritmo 10 vece superior al normal. Además, al sentir tensión en el cuerpo, el flujo sanguíneo se dirige a los músculos por lo que la piel puede perder luminosidad y deshidratarse. También puede llegar a provocar urticaria y acné.
  • Falta de sueño: el descanso es uno de los factores más importantes para mantener una piel joven ya que mientras dormimos nuestra piel se regenera. Un estudio reciente ha demostrado que aquellas personas que tienen peor calidad de sueño experimentan una recuperación más lenta de la piel tras ser expuesta a agresiones externas y presentan más signos de envejecimiento.

Si no conocías la existencia del exposoma, esperamos que esta entrada te sirva como introducción. Cuida tus hábitos y procura que estos 7 factores supongan una ventaja para el envejecimiento de tu piel. ¡No dudes en escribirnos a través de nuestro chat o web o en redes sociales si tienes más preguntas!



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